sábado, 1 de diciembre de 2012

Movilidad Vehicular-Peatonal.


Apuntes sobre nuevas obras viales.

Manizales en el manejo que hace de su movilidad, ya sea peatonal y/o vehicular, siempre ha sabido anticipar de manera acertada los retos de su crecimiento, entendiendo sus limitantes; lo que habla bien de las estrategias tejidas por las administraciones locales al pasar de los años; empíricas de alguna manera, pero que de ninguna forma resta  merito a lo hecho.
Inquieta un poco la perdida de imágenes particulares y positivas que tenia la ciudad al ser proyectadas obras, por lo general viales, de una manera genérica olvidando que sin incrementar los costos podríamos diferenciar positivamente los proyectos. (Sabemos lo que esto en diferentes marcos significa y lo valioso que puede ser, mas ahora que hablamos del paisaje como patrimonio cultural).
El manejo responsable de los dineros públicos es algo importante que se esta recuperando después de ser afectado por practicas que todos conocemos y no vale la pena nombrar. Pero se olvida que dichos fondo más que gastados con responsabilidad, deben ser invertidos.
Al ser dinero publico la ganancia no es material, ésta se mide en calidad de vida y es la obligación del estado (sus representantes) al invertir dicho dinero en obras civiles.
Si bien las normativas del Ministerio de Transporte o en su defecto de los planes de ordenamiento territorial POT, son rigurosas en secciones viales, andenes, retiros y demás elementos, creo que el concepto que se maneja es de una regulación mínima, donde todo lo que sea en pro de mejoría es incorporable, como árboles, materiales, texturas y elementos que den calidez y calidad  al proyecto, al igual que referenciar al peatón, cuando de espacio publico hablamos. Esta es una máxima olvidada, que hoy se retoma bajo diferentes nombres que la disfrazan un poco, pero como elemento de significado sólido brilla por su sencillez.
Si tenemos un ejemplo, como es el bulevar de la Avenida Santander, se pueden tomar de este las cosas positivas, y las que no, mejorarlas para ser usadas en los diferentes proyectos y que no se genere una diferencia tan marcada en el resultado; dos facultades de arquitectura deberían facilitar el proceso de incorporación de directrices de diseño en los proyectos.
Además de ganar la ciudad en obras con una carga de autenticidad alta, se estimularían debates constructivos entre las diferentes entidades, lo que es  muy interesante y como adicional podríamos generar interés en los jóvenes profesionales que los haga pensar antes de abandonar la ciudad. Ganaríamos mucho.
Es importante apoyar todo lo que estructure y consolide la cultura ciudadana Manizalita, que por la cotidianidad convulsionada de los últimos años se ha visto abocada a soluciones mediáticas necesarias. Se debe retomar el camino de apertura y debate por el que nos reconocen nacionalmente antes que se pierda y nos cueste mucho en tiempo, recursos y lo más importante, en buenas condiciones para el ciudadano el recuperarlo. (Guardando la escala vimos lo que le costo a Bogotá, construir, definir y aplicar el concepto de cultura ciudadana).

Arq Gustavo A. Arteaga Botero.
2011

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