jueves, 29 de noviembre de 2012

Un Modelo económico en crisis debería inquietar ya que la cultura y política, son pilares.


El modelo económico de las regiones desarrolladas en términos tecnológicos, industriales o militares, que los países en la senda del “progreso” tratan incansablemente de adoptar (o imponer en algunos casos), está en graves problemas por falta de regulación y autocontrol. Esto afectó los conceptos y argumentos básicos dejando en evidencia facetas no tan altruistas como proclamaba; avaricia, soberbia, entre otras, se evidenciaron.

A medida que la información se decanta, a pesar de los matices de los medios de comunicación, entendemos cómo el modelo pudo operar para insertarse en nuestras vidas gracias a dos pilares fundamentales que fue estructurando y modificando con el beneplácito y complicidad de grandes académicos e instituciones.

El primero y más importante pilar es el cultural, donde la operatoria fue básicamente borrar todo sentido de particularidad para después modificar conductas. Planteada la duda, el segundo pilar, el político, podría entrar eligiendo líderes producto de una democracia (el abstencionismo presente en niveles tan altos debería desdibujar el concepto); que en contra de estas particularidades pudiera modificar los escenarios regulatorios leyes, normas y hasta constituciones, para que los brazos operativos pudieran actuar sin mayor resistencia en las diferentes zonas y áreas geográficas tan heterogéneas y diversas en nuestro planeta. No es gratuito que las regiones con más violencia en la actualidad sean las que se resisten a modificar su cultura en pro de una “mejor”; alimentados generalmente por una fuerte presencia religiosa que los impulsa (para bien o para mal, no es relevante este juicio) a estar en posición de confrontación. (Lo que es más llamativo es que estos mismos lugares fuertemente castigados por la violencia presentan grandes riquezas).

Coincidencias tan negativas, evidentes ante el descaro con que operan los promotores de estas ideas, nos deberían llamar a no sólo poner en crisis el modelo económico, sino los pilares que le permitieron operar y más importante, ante el panorama gris, deberíamos estar corrigiendo el curso de nuestro entorno repensando las decisiones que ya se tomaron bajo la lógica de este modelo que se agrieta.

Es momento para que nuevos modelos, sobre todo culturales, usen las mismas armas con que opera el anti-modelo, para permitir aportar matices positivos. (Tecnología, Medios informativos entre otros).

La academia es la llamada a ocupar y generar ideas, como formadora y no temer en asumir una posición. Tenemos aprendido que la humilde Guadua, el escritor de provincia García Márquez o la artista Débora Arango pueden dar golpes de campana fuertes, que nos deberían despertar en esta época oscura para rodear nuestras Universidades como sociedad, y pedir que formen personas con una fuerte posición crítica, dispuestas a debatir bajo la luz de un conocimiento cultural-tradicional y no profesionales de molde con un paquete actualizable de pensamiento.

Es importante que no jubilemos a nuestros cerebros y talentos bajo argumentos poco creíbles, ¡no podemos darnos este lujo!, tenemos que encontrar fórmulas inmediatas de la mano de la administración municipal, departamental o nacional para que se reincorporen bajo figuras nuevas, las filas de reservistas culturales que un vago modelo cultural sentenció con argumentos de poca importancia. Ver cómo los nuevos catedráticos son formados por la experiencia de un maestro, sumando la realidad de una época y contexto para nutrir nuevas filas de personas que nos ayuden a razonar, y pensar los retos que están por llegar, no debería ser un imposible existiendo las personas para realizarlo.

Arq. Gustavo Arteaga Botero
2008.

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